"No se puede impulsar la economía verde y seguir ayudando a la gris"
01/06/2012 - Fundación Conama

Entrevista sobre Río+20 a Rémi Parmentier, director de Varda Group y especialista en negociaciones internacionales sobre medio ambiente. “Es increíble que todavía estemos dando a través de nuestros gobiernos millones y millones de recursos a las industrias que son parte del problema y que hayamos reducido las ayudas a los sectores que son parte de la solución”, comenta este histórico del movimiento ecologista, que ha participado en todo el proceso de negociación en Nueva York para la preparación de esta Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible.

Pregunta: ¿Por qué debemos seguir confiando en este tipo de conferencias internacionales?

Respuesta: Estas cumbres son importantes porque ayudan a volver a meter la sostenibilidad y el medio ambiente en la agenda política mundial. Diez años después de Johannesburgo, veinte de Río 92 y cuarenta de la primera conferencia de Estocolmo de 1972, esta nueva cumbre de 2012 es un test para ver si los gobiernos han dejado de lado sus compromisos anteriores con la sostenibilidad o si se vuelven a tomar estas cuestiones como parte de la solución para la crisis que estamos viviendo.

P. Pero la realidad es que se suceden las conferencias y se avanza muy poco.   

R. Entiendo a la gente que expresa frustración porque todo va lento, con demasiadas palabras y pocas acciones. Pero creo que hay que tener cuidado en no hacer el juego a los enemigos del multilateralismo, criticando demasiado estos esfuerzos de llegar a acuerdos internacionales.  ¿Te imaginas el mundo hoy si no hubiese acuerdos internacionales multilaterales de medio ambiente? Estaría mucho peor. No hay duda. Habrían desaparecido muchas más especies, muchos más hábitats vulnerables habrían sido destrozados, habría mucha más contaminación, habría muchas menos garantías para la salud pública…

P. ¿Qué es Río+20?

R. Río ‘mais’ 20 supone mirar los últimos 20 años, qué se ha hecho bien, qué se ha hecho mal, qué se debería haber hecho y no se hizo… Pero también los próximos 20 años, el camino hasta 2032. Hay que analizar lo que ha ocurrido en los últimos 20 años para poder trazar la Hoja de Ruta para los 20 próximos.

P. ¿Y en qué se está discutiendo?

P. Son dos los ejes esenciales: primero, la economía verde y, segundo, el marco institucional para construir la sostenibilidad, es decir, la gobernanza.

R. ¿Qué se entiende por economía verde?

P. La economía verde debería ser el camino hacia la sostenibilidad. Este cambio de modelo implica dejar de privilegiar la riqueza artificial, es decir, el dinero, a costa de la riqueza natural, es decir, los servicios que nos da la naturaleza, la biodiversidad, el clima… Hay mucha controversia sobre la definición de la economía verde, pero una de las cosas que realmente se podrían conseguir en Río es un calendario para eliminar los subsidios que dañan el medio ambiente. Es increíble que todavía, 20 años después de Río 92, estemos dando a través de nuestros gobiernos, millones y millones de recursos a las industrias que son parte del problema y que hayamos reducido las ayudas a los sectores que son parte de la solución. Esto es una gran paradoja. Hay que decirlo muy alto: No se puede pretender impulsar la industria verde, la economía verde, mientras se sigue ayudando a la gris, la economía que destruye el medio ambiente y que crea desigualdades sociales.

P. ¿Qué se puede conseguir en gobernanza?

R. Con la gobernanza, el marco institucional, lo que debería ocurrir es que las instituciones que tienen la responsabilidad de las políticas ambientales, como el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se sitúen en igualdad de condiciones con las otras instituciones. El comercio no debería estar por encima del medio ambiente. Si destruimos el medio ambiente no habrá nada con lo que comerciar. Esta va a ser una gran pelea en Río.

P. Se está hablando de reformar el PNUMA o convertirlo en una agencia de Naciones Unidas.

R. Hay que tener esperanzas realistas sobre lo que va a pasar en Río. Por desgracia, no creo que vaya a haber un terremoto en el sistema de las Naciones Unidas. Todavía queda mucho camino por recorrer, pero se están gestionando cosas, como tal vez la transformación de la Comisión de Desarrollo Sostenible en un Consejo con un enfoque puesto en la seguridad ambiental.

P. ¿En qué más se puede avanzar?

R. Hay algo muy importante y son los indicadores más allá del propio Producto Interior Bruto (PIB). Es extraño que todavía midamos la solidez de nuestra economía solo con el PIB, que no tiene en cuenta la destrucción de nuestros recursos. Tal vez una de las cosas que nuestros hijos y nuestros nietos puedan recordar de Rio+20 sea que los mandatarios, eso espero yo, acuerden medir la solidez de nuestras economías  más allá del PIB. Hay que medir la sostenibilidad, la resiliencia, los recursos naturales de los que disponemos, los derechos sociales, en definitiva, el bienestar.

P. ¿Cómo se puede medir el éxito de Río?

R. Habrá que ver si se llega a objetivos concretos medibles con calendario de ejecución.

P. ¿Es cierto que antes era más fácil hacerse oír?

R. Cuando éramos menos, se nos escuchaba más. Hasta Río 92 había pocas ONG que participasen en los foros internacionales y esto tenía unas desventajas en términos de representatividad, pero también era más fácil ser oído. Ahora hay miles de organizaciones que participan en estos procesos. Está muy bien, porque esto demuestra que hay una preocupación de la sociedad, pero el coste es que hay mucho ruido de fondo. Me preocupa que con tanto ruido los mandatarios y el público en general no sepan sacar las grandes líneas alrededor de la conferencia. Por eso yo creo que algo que quizá podría unir a todo el mundo es un acuerdo para que se lleve a cabo de una vez la eliminación de los subsidios nocivos para el medio ambiente.

P. ¿Es tan importante la presencia de tantos mandatarios? Hay quien dice que en la Cumbre del Clima de Copenhague de 2009 resultó casi peor.

R. Creo que es muy importante porque el mensaje que dan si no vienen es que el medio ambiente se ha caído de la agenda política internacional. Evidentemente, hay gente que dice, pero mirad lo que pasó en Copenhague, que vinieron y no sirvió para nada. En el contexto de Río, yo creo que será inevitable que se haga una comparación con Río en 92 y Johannesburgo en 2002. Por eso creo importante que los mandatarios actúen con responsabilidad.

P. ¿La crisis financiera no lo pone todo demasiado difícil?

R.  Al contrario, la crisis financiera actual es una oportunidad para esta propuesta que consiste en eliminar los subsidios, las ayudas estatales, a las industrias que dañan el medio ambiente, pues podría liberar recursos para otros sectores. Es importante ocuparse del déficit financiero, pero lo es todavía más tratar del déficit que tenemos con la naturaleza. Los mandatarios dicen: No podemos gastar lo que no tenemos. Pues con la naturaleza o con el medio ambiente ocurre lo mismo: No podemos gastar lo que no tenemos, estamos consumiendo recursos naturales como si de aquí a 2030 dispusiéramos de dos planetas más.



Remí Parmentier va contando la actualidad de Río+20 en blog de Efe Verde: De vuelta a Río.

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