“Necesitamos políticas públicas y gobiernos comprometidos con el desarrollo sostenible. Sin embargo, nuestro problema es que la mayoría de los gobernantes -no todos, pero la mayoría-, tiene mucho más interés por la gente que financia sus campañas, que son generalmente empresas involucradas con un desarrollo no sostenible”, comenta Grajew. Es necesario tener una fuerza política que se contraponga a estos intereses, este es el principal reto de la sociedad civil para obligar a comprometerse a los gobernantes y alcaldes por un desarrollo sostenible”.

El que también crease el Instituto Ethos dedicado a la empresa y a la responsabibilidad social, participa en un foro sobre emprendedurismo en el Forte de Copacabana, uno de los muchos focos de interés en esta particular Torre de Babel de la sostenibilidad en la que se ha convertido Río de Janeiro estos días. ¿Qué se puede hacer desde la sociedad civil? “Hay que formar redes en la sociedad civil aglutinando a la gente interesada en el desarrollo sostenible para ganar fuerza”.

Grajew, que estará en noviembre en Conama 2012, tiene muy claro qué va a decir en el Plenario de esta nueva Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible: “El mensaje es que tenemos algunas buenas noticias. Sabemos donde están los problemas y sabemos lo que tenemos que hacer para mejorar la vida de las personas y preservar el planeta. Que nadie dude que existen los recursos para el cambio a la sostenibilidad. Ahora mismo estamos viendo en la crisis financiera y económica que hay recursos, muchos recursos, millones y millones de euros y dólares están yendo para salvar bancos e industrias como la del automóvil”. Para el presidente de la Red Nossa Sao Paulo, ese dinero que está yendo para los bancos sería muy importante para rescatar a las personas o al planeta. “Cuántos jóvenes necesitan empleo en España”, recalca. “Todos sabemos cuáles son los problemas, lo que hay que hacer, tenemos también los recursos, lo que hace falta es: decisión política, cambiar prioridades y cambiar las acciones. Esto depende de los gobiernos, de Naciones Unidas, pero también de cada ciudadano”.

¿Es la solución la economía verde de la que tanto se habla en Río+20? “Hay mucha gente que tiene ideas muy contradictorias sobre la economía verde. Si preguntamos a diez personas seguro que nos darán diez respuestas diferentes de lo que es la economía verde”, comenta este gurú de la responsabilidad empresarial de Brasil. “Si es una economía que solo logra cambios cosméticos, que solo pone un color diferente para las mismas cosas, entonces es muy peligroso hablar de economía verde porque no podemos mantener el mismo modelo de desarrollo. Pero si se trata de una economía sostenible que cambia las prioridades económicas, sociales, políticas y culturales para producir beneficios para todos en lugar de para unos pocos entonces esta es la economía que necesitamos. Una economía que aporte beneficios para las generaciones futuras, preservando el planeta y los recursos naturales, y combatiendo las desigualdades”.

A unos días de que lleguen los jefes de Estado a Brasil, son pocas las expectativas de conseguir algo tan grande en esta cumbre como en la de Río de hace 20 años, aunque todavía no se pierde la esperanza de dar algunos pasos importantes. “Podemos esperar una etapa del camino para conseguir un desarrollo sostenible”, comenta Grajew. “Puede servir para poner el desarrollo sostenible en la agenda y para congregar a gente con la que construir redes con las que ganar fuerza política para obligar a comprometerse a los gobernantes y a asumir su responsabilidad. Los gobiernos nunca están en las vanguardias de los movimientos, los gobiernos siempre van por detrás, Río+20 puede ayudar a que la sociedad se organice y gane fuerza”.

Consulta el blog de Conama con el seguimiento de la cumbre de Río+20.

[Imagen: pabellón de Japón en la exposición del Parque de los Atletas en Río]