Seis consejos para dar el salto


Premisas de partida para emprender en verde, según el coordinador del grupo de trabajo sobre emprendimiento de Conama 2012.


A estas alturas tiene poca importancia si el origen está en la falta de oportunidades o en una tendencia que ya todos hemos interiorizado. Lo cierto es que el espíritu emprendedor está cada día más presente en el sector ambiental y una cada vez más pujante innovación tecnológica está ayudando a cambiar las normas del juego en un mercado laboral que parece dispuesto a ponernos permanentemente a prueba.

Efectivamente, cada vez es más amplio el número de profesionales que dan el paso y comienzan a ofrecer servicios bien como freelance, bien a través de la constitución de sus propias empresas. Aunque el proceso puede parecer a priori complejo, tenemos más recursos que nunca para hacer frente a este reto y contamos con infinidad de herramientas que pueden permitirnos aprovechar nuestras habilidades y conocimientos. Tener claro que estamos dispuestos es lo único primordial. El resto viene solo aunque siempre es interesante tener en cuenta algunas premisas. Con la ventaja que me da haber entrado en contacto con un buen número de emprendedores coordinando el Grupo de Trabajo de creación de empresas en Conama 2012, haber asesorado en la puesta en marcha de numerosos proyectos y haberme embarcado en alguna que otra empresa en los últimos años, me permito compartir algunas que entiendo de obligada consideración:

  • Imprescindible facturar. La pongo en primer lugar porque creo sinceramente que es la más importante de las premisas. Está bien que trabajemos en la imagen de marca, está bien que apostemos por el networking y está bien que asistamos a todos los eventos de emprendedores verdes que se organizan en España pero todo lo que podamos hacer estará condenado en el tiempo si no somos capaces de garantizar una mínima viabilidad económica y si no podemos hacer frente al pago de las facturas.
  • Necesidad de liquidez. Está en consonancia con la primera de las consideraciones pero creo que es importante prestarle especial atención e insistir en la necesaria viabilidad económica si pretendemos que nuestro proyecto no se venga abajo ante las primeras dificultades. Si no tenemos ingresos en el corto plazo, necesitaremos contar con un capital mínimo que nos permita hacer frente a las primeras etapas de este viaje. Y si no es el caso, tendremos que pedir un préstamo o buscar inversores u otras fuentes de financiación externa. No es malo no tener liquidez en origen. Lo verdaderamente catastrófico es no tenerlo previsto y dar por supuesto que obtendremos ingresos tras los primeros dos o tres meses de andadura.
  • La importancia de La Idea es relativa. Afortunadamente no necesitamos dar con la idea que ha de revolucionar el mercado ambiental. Se pueden obtener resultados excepcionales ofreciendo de forma más adecuada servicios ya existentes o complementando con creatividad e innovación productos que ya están en el mercado. La idea tiene en realidad muy poca importancia y la verdadera relevancia está en la forma en la que la llevamos a cabo y en la persona o personas detrás de ella.
  • La imprescindibilidad del plan de negocios. El emprendedor suele esforzarse en la reducción del gasto cuando a lo que en realidad debería prestarle atención es al balance. La mejor forma de no gastar es no hacer absolutamente nada pero si pretendemos desarrollar una actividad en el sector tenemos que prever cómo vamos a financiar los gastos en los que incurrimos y dar por supuesto que en el horizonte deberemos obtener unos ingresos que nos permitan hacerles frente. Para eso debería servir el necesario plan financiero y todos los elementos que formarán parte del plan de negocio: para establecer un rumbo, una hoja de ruta que nos ayude a avanzar en la búsqueda de nuestros objetivos. El plan de negocios es imprescindible no como elemento que ha de demostrar ante terceros nuestra capacidad para diseñar camino sino como referencia propia que nos permita mantener el rumbo o identificar cuándo es el mejor momento para cambiarlo.
  • Necesidades formativas. Con frecuencia nos empecinamos en complementar nuestra formación en nuestro propio ámbito de conocimiento y en poder ofrecer más y mejores servicios a nuestros potenciales clientes. La experiencia nos dice que probablemente sea en la puesta en marcha de negocios, en la potenciación de nuestras habilidades comerciales y en el desarrollo de una mayor capacidad de gestión donde debemos concentrar esfuerzos. Sí vas a destinar parte de tu tiempo y recursos a la formación, merece la pena tenerlo en cuenta.
  • El momento. Uno nunca es demasiado joven para emprender una nueva etapa ni demasiado viejo para no aprovechar su experiencia en su propio beneficio. Cualquiera que se plantee dar el paso pensará si el momento es el adecuado y si no es demasiado pronto en unos casos o demasiado tarde en otros. El momento es ahora. Mejor hoy que mañana y mejor antes que después. Si tienes experiencia contarás con cierta ventaja pero tendrás previsiblemente un hándicap en términos de disponibilidad horaria, flexibilidad y capacidad de adaptación. Si eres joven puedes no tener referentes para enfrentarte al mundo con cierta perspectiva pero seguro cuentas con ilusión, iniciativa y capacidad de sacrificio suficientes para enfrentarte a cualquier reto. ¿Quieres saber cuándo es el mejor momento? El mejor momento es ya.

Obviamente hay muchos más aspectos que tendrás que valorar pero, independientemente de si vas a dedicarte al seguimiento y vigilancia ambiental de proyectos, a la gestión de fauna, a la redacción de análisis de riesgos ambientales o a la prestación de cualquier otro tipo de servicio, creo sinceramente que ninguno supondrá dificultad si tienes claro estos seis puntos.

¿Tienes ganas, tienes motivación y tienes claro que flexibilidad, tenacidad y capacidad de adaptación son aspectos clave hoy en día?. Todo lo demás, es secundario así que adelante.


Santiago Molina Cruzate. Director del Instituto Superior del Medio Ambiente (ISM)

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