Hacia un PIB ‘verde’
El grupo de trabajo de los economistas de Cataluña incide en la necesidad de nuevos indicadores económicos que midan la sostenibilidad
Es sabido que el PIB usado de forma generalizada en macroeconomía no refleja la cuestión ambiental, ni un crecimiento sostenible. Un ejemplo: Un desastre como el ocurrido en Japón en 2011 supone una bajada del comercio, pero a la vez puede implicar un incremento del PIB en la medida que se realizan inversiones. A raíz de la Cumbre de Río+20, se ha incidido de nuevo en la necesidad de buscar otros indicadores, como el PIB ‘verde’. Este es el punto de partida del grupo de trabajo ‘Resultado empresarial = resultado financiero + huella de actividad’ (GT-9), organizado por el Colegio de Economistas de Cataluña.
Como se insiste desde hace unos años, una mayor actividad económica no tiene por qué estar asociada a una mayor felicidad. Pero, guste o no, el PIB es una referencia clara, transparente y estandarizada. Y cualquier replanteamiento que se haga de este indicador debería cumplir también estos requisitos. La cuestión está en encontrar otras referencias creíbles. Además, el reto es pasar de un indicar macroeconómico como el PIB verde a otro microeconómico para las empresas.
En el informe elaborado por este grupo de trabajo, se incide en la necesidad de tener en cuenta la huella económica, la huella social y la ambiental. De hecho, en el documento destacan las tablas elaboradas por los economistas para poder evaluar estas tres huellas. Hacen falta las tres dimensiones económica, social y ambiental. No basta solo con una de las partes. No necesariamente lo más ecológico es lo sostenible. Como argumentó Ignacio Ayestarán Uriz, profesor de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), hay que dejar de pensar en un esquema piramidal, en el cuya cúspide está la economía, de forma que si sobra algo nos podamos ocupar de lo social y si aún sobra nos preocupemos por los ecológico. Ahora, debemos pensar de manera fractal, de manera que cada punto esté interrelacionado y tenga en cuenta las tres dimensiones económica, social y ambiental. No vale con redactar una memoria de sostenibilidad por separado.
Asimismo, los economistas consideran que no hay que hablar de recursos, sino de activos ecosociales, que son la capacidad que tiene un recurso para satisfacer todo un conjunto de funciones económicas, sociales y ambientales, tanto de carácter cuantitativo como cualitativo.