Desde la asociación GEOnopia, formada por estudiantes y amantes de la Geografía, y cuyo principal objetivo es dar a conocer y ayudar a proteger el medio ambiente, queremos redescubrir una nueva forma de conservación de la naturaleza. En la última década se ha puesto énfasis en la protección y conservación de la naturaleza, dándonos cuenta de las atrocidades que hemos llegado a cometer en tiempos anteriores, cuando el medio ambiente no se consideraba una parte vital del sistema en el que estamos integrados.
Hoy en día, esta visión del medio natural ha cambiado de forma radical, pero aún hay mucho por hacer. Es necesaria una nueva educación para el territorio, en el que no solo aparezcan los valores de protección y conservación, sino también valores como la integración de esas 'islas' de conservación dentro del territorio, la conectividad de hábitats de interés, sin que éstos queden relegados a un plano mínimo y aislado. Es decir, para que nuestros espacios naturales no pierdan parte de su biodiversidad debe existir una continuidad lógica entre ellos, y así poder crear adecuados bancos de hábitats para nuestro territorio. Este planteamiento también se puede aplicar a una red de espacios verdes en la ciudad.
Este planteamiento no se debe observar desde el más estricto conservacionismo, si no poniendo en alza los valores naturales de los que gozamos en nuestro territorio. Haciendo un buen uso y gestión de estos espacios, podremos desarrollarlos sin necesidad de dañarlos ni de relegarlos hasta el olvido. Estamos hablando de una nueva forma de entender el territorio y lo que con él hacemos, teniendo más en cuenta una puesta en alza de los valores naturales que una custodia meramente conservacionista, que acaba en abandono. En este plano el mundo rural tiene mucho qué hacer y qué decir.
Este tipo de pensamiento territorial ya se viene plasmando en diferentes Planes de Ordenación llevados a cabo en nuestro país. Un buen paradigma de ellos podría ser el Plan Insular de Menorca (2003), en el que se combina de forma bastante lógica y adecuada la actividad turística (primera actividad económica de la isla) con su condición como Reserva de la Biosfera, lo que le otorga un valor natural sine qua non.