El municipio de Saanich en Columbia Británica (Canadá) está llevando a cabo un extenso inventario de ecosistemas sensibles y áreas de importancia ecológica, que puede servir de modelo de planificación del territorio para otras localidades, incluso en España. Las zonas inventariadas se añaden al Atlas de Zonas de Importancia Ecológica (ZIEs) que está disponible al público a través de su página web. Entre los ecosistemas considerados sensibles se incluyen robledales abiertos o sabanas de Quercus garryana, áreas rocosas y prados de suelos poco profundos, acantilados, playas y zonas costeras con baja cobertura de vegetación, zonas de ribera, humedales y abetales viejos. Entre las zonas que se consideran con importancia ecológica están los abetales maduros, zonas de conexión o corredores biológicos, y zonas de amortiguación o áreas-borde para la protección a parques o zonas sensibles.
En la fase primera del proyecto se pidió la colaboración de los residentes para que aportasen información sobre zonas que consideraran importantes desde el punto de vista ecológico o ambiental. El Municipio recibió un total de 46 sugerencias de sitios. Los lugares se priorizaron y se examinó un total de 31 lugares.
Dado que las zonas identificadas en el Atlas tendrán una mayor protección a efectos de la concesión de permisos municipales para edificación o división de parcelas, previamente a su inclusión en el Atlas se evalúa la integridad ecológica, o viabilidad en el tiempo, de los lugares identificados. El proceso de evaluación está basado en tres factores: la condición del territorio en el que se enmarca el sitio, la condición del ecosistema, y el potencial de restauración ecológica. Para cada uno de estos factores se han identificado cuatro estados de calidad, de excelente a malo (excelente, bueno, regular, malo). Algunos de los factores a tener en cuenta para la clasificación son: la fragmentación, la presencia mayor o menor de especies introducidas invasoras, la alteración de los patrones naturales de perturbación, la existencia de los suelos naturales, y la presencia de especies nativas características de cada ecosistema específico. La evaluación permite diferenciar las zonas de mayor viabilidad ecológica de aquellas con menor valor para asignarles una mayor protección.
Así mismo, teniendo en cuenta el cambio climático, y al evidenciarse que la cobertura boscosa del Municipio ha ido disminuyendo en los últimos 20 años, se ha establecido una estrategia de bosque urbano para aumentar la cobertura boscosa actual y mantenerla entre determinados valores. Estas estrategias cuentan con apoyo entre un sector de la población, pero tienen también detractores, ya que las exigencias y permisos para construcción y tala de árboles han aumentado. Un abeto puede estar en propiedad privada, pero si tiene un diámetro mayor de 60cm está prohibido cortarlo sin un permiso específico, y si tiene un nido de águila se establece una zona de exclusión de 100m de diámetro. En el Atlas de ZIEs se incluyen tanto zonas como elementos de valor ecológico, tales como árboles con nidos, o árboles secos utilizados por fauna silvestre.