La teledetección es una tecnología muy eficiente y de gran utilidad para las Administraciones Públicas en el cumplimiento de sus competencias como organismos encargados de la gestión y control de las ayudas europeas de la PAC (Política Agraria Común). El sistema integrado de gestión de las ayudas, regulado en el Reglamento (CE) nº 1782/2003, estableció el sistema de ayudas del Régimen de Pago Único, ratificando el empleo de la teledetección en los controles: 'los estados miembros podrán utilizar la teledetección … en lugar de los métodos tradicionales de control sobre el terreno'. El objetivo de la teledetección es, en este marco, realizar el control de una muestra muy amplia de parcelas acogidas a las ayudas directas de la PAC (un 5% de los expedientes), utilizando técnicas mixtas de teledetección y trabajo de campo, comprobándose: 'Admisibilidad': Uso del suelo y superficie cultivada; 'Condicionalidad': Buenas Prácticas Agrarias y Medioambientales (BCAM), y, en su caso, si procede, las Ayudas Agroambientales, establecidas como medidas complementarias, desarrolladas por los estados miembros y en España por las Comunidades Autónomas.
Estos controles se realizan sobre un conjunto de imágenes de observación de la Tierra multitemporales de alta y muy alta resolución cuyas fechas son programadas ad hoc, a lo largo del desarrollo fenológico de los cultivos objeto de discriminación espectral mediante técnicas combinadas de teledetección y campo, y, realizados en un periodo corto de tiempo, entre la presentación de las solicitudes por los agricultores y la fecha óptima para la realización de los controles por la Administración. La base territorial del control de las ayudas en España es el SIGPAC http://sigpac.mapa.es/fega/visor/ y el FEGA (Fondo Español de Garantía Agraria) la autoridad estatal competente, para la coordinación de los controles de la PAC, cuya misión es garantizar la aplicación armonizada en el territorio nacional de la reglamentación comunitaria.
La reforma en marcha de la PAC prevista para 2013-2014 supondrá el desarrollo de nuevas líneas y medidas de control cuyo eje central será el desarrollo sostenible de la agricultura. Se requerirá la aplicación de indicadores ambientales que pondrán a prueba las capacidades de la nueva generación de sensores GMES, en especial Sentinel2, para el seguimiento de los usos agrícolas, la presión sobre los recursos hídricos y el suelo, y el impacto de los cambios de uso en la biodiversidad y el paisaje.