Con objeto de establecer la mejor técnica disponible para el tratamiento de las aguas residuales generadas durante el proceso de hidrolimpieza de barcos en dique seco, se llevó a cabo un exhaustivo análisis bibliográfico. Según este análisis, como primera etapa, se propuso una sedimentación primaria y como segunda etapa, un tratamiento físico-químico de precipitación–coagulación–floculación, seguida de una etapa final de clarificación en un flotador por aire disuelto.
Con objeto de confirmar que las técnicas propuestas eran las más adecuadas y comprobar su eficacia, se consideró necesario llevar a cabo una serie de ensayos, que consistieron básicamente en pruebas tanto en laboratorio (caracterización del efluente de entrada, ensayos de sedimentación y pruebas JAR-TEST), como en planta piloto.
Según la caracterización realizada, el agua de hidrolimpieza se caracteriza por tener una concentración elevada de sólidos en suspensión, en torno a 500 mg/l y metales en disolución (cobre y cinc), así como de aceites y grasas. Tras los ensayos de sedimentación, se comprobó que, aunque las partículas contaminantes tienen capacidad para sedimentar, los tiempos de residencia necesarios para lograr una alta eficacia, son muy elevados. El análisis granulométrico confirmó que un gran porcentaje de estas partículas son inferiores a las 10 micras y, por lo tanto, no son sedimentables.
Por otra parte, en las pruebas JAR-TEST, se ensayaron distintas combinaciones de reactivos, con objeto de ajustar las dosis óptimas. Como reactivos se emplearon Cal diluida al 20 %, Policloruro de aluminio al 18 % y polielectrolito catiónico al 0,1 %. Tras la decantación de los flóculos, se alcanzaron porcentajes máximos de reducción de sólidos en suspensión del orden de un 76 % y de un 99 % de eliminación de cobre y zinc. Se comprobó que una sedimentación previa, no reducía la cantidad de reactivos a dosificar y que, además, la formación de flóculos era más desfavorable. Los ensayos en planta piloto se llevaron a cabo en un flotador de aire disuelto que podía tratar un caudal de hasta 20 m3/h. En estos ensayos, empleando los mismos reactivos que los utilizados en laboratorio, se obtuvo una reducción máxima de un 98 % de metales pesados. En ambos casos, se redujo notablemente el color presente en estas aguas.
Como conclusión, se demostró que la sedimentación no puede considerarse como la principal alternativa en la reducción de sólidos de las aguas de hidrolimpieza generadas en dique seco, mientras que mediante un proceso físico-químico, se reduce drásticamente tanto el color, como el contenido de sólidos en suspensión y metales pesados presentes en el efluente.