Hoy miércoles comienza de forma oficial la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible con la llegada de cerca de cien Jefes de Estado de todo el mundo, pero ya está todo decidido. En un final “express”, el martes a media tarde se llevó al Plenario un texto al que ninguna delegación presentaba alegaciones. Se había conseguido el difícil consenso, pero a base de devaluar su contenido. Brasil prefería asegurar el acuerdo, antes que arriesgarse a un fracaso.

“Desde el principio se había dicho que queríamos cerrar el texto antes de que llegasen los Jefes de Estado”, explican desde la delegación brasileña, que consideran que se ha conseguido el objetivo de seguir avanzando. Como detallan, aunque “técnicamente sería posible" reabrir el texto acordado si lo quisiesen los mandatarios, esto diplomáticamente resulta muy inusual. Según explican, lo que está previsto en lo que queda de conferencia es que los Jefes de Estado participen en cuatro mesas redondas sobre desarrollo sostenible.

“Están traumatizados por la experiencia de la Cumbre del Clima de Copenhague de 2009 y ha habido mucha presión por cerrar el documento antes de que llegasen los mandatarios”, comenta Rémie Parmentier, director de Varda Group y experto en negociaciones internacionales en medio ambiente, muy insatisfecho con el resultado. “Pensaba que los Gobiernos venían para salvar el planeta, pero han venido a salvar la cara”.

Brasil ha conseguido el apoyo de todos los países, pero no de las ONG. De todo el documento, uno de los aspectos más positivos continúa siendo los progresos en conservación de los océanos. Como explica Parmentier, que ha seguido todo el proceso de negociación desde que se iniciase en Nueva York, “están bastante bien los avances para reducir la sobreexplotación de la pesca, recuperar los stocks de recursos marinos y acelerar la eliminación de los subsidios a la pesca industrial”. Sin embargo, el párrafo esencial para proteger la biodiversidad marina en aguas internacionales también ha quedado muy desvirtuado por la presión de EEUU, Canadá y Venezuela.

“Lamentablemente, el párrafo final ha quedado muy diluido y no compromete a los Gobiernos a proteger la biodiversidad, solo se dice que en el año 2014 comience el proceso de discusiones”, explica Milko Schvartzman, de Greenpeace Internacional. “No hay plazos, ni compromisos, todo son voluntarios”, critica el ecologista.

Tampoco se ha conseguido un acuerdo para convertir el PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente) en una Agencia, ni compromisos concretos para impulsar una economía verde. No obstante, a pesar de las concesiones, el ministro de Exteriores de Brasil, Antonio Patriota, considera que el acuerdo es una “victoria por el nuevo multilateralismo”. “Este no es un puzle fácil de resolver, pero ahora tenemos una base sólida para poder trabajar en una visión a medio y largo plazo”, defiende.

Puedes consultar el texto completo de la declaración final en la web oficial de Rio+20: En inglés. En Español.

Consulta el blog de Conama con el seguimiento de la cumbre de Río+20.

[Foto: Globo con el lema #GetSeRIOus+20 de la organización ecologista WWF]