El consumo supone uno de los pilares que determinan nuestros modelos económicos y sociales, supone una parte importante del PIB y sus variaciones tienen consecuencias importantes en la producción, en la renta, el empleo, y por tanto en otros consumos y en los impactos ambientales y sociales que generan dichas producciones, etc.
Si bien las actuaciones en materia de consumo no son la solución a muchas problemáticas, si no se entienden los mecanismos que determinan su funcionamiento, si no se pone en el debate los modelos de consumo que nuestras sociedades promueven, la transición hacia un modelo social más sostenible no puede realizarse de manera completa.
La actual crisis económica está teniendo un impacto sobre las percepciones del consumo, tanto por la sensación de miedo y de incertidumbre ante el futuro, que retrae el volumen, como la tendencia a replantearse y modificar los modelos personales de consumo, al observar los impactos que se generan. En este sentido, existe actualmente una mayor predisposición a debatir de una manera más crítica estas cuestiones y observar las implicaciones ambientales que poseen.
Bajo esta perspectiva, la presente sesión técnica, tuvo como fin plantear una transición a otros modelos de consumo donde sea posible mantener una alta calidad de vida, sin exceder los límites de biocapacidad de los ecosistemas.
Para ello, además de una reflexión global, se analizaron diferentes experiencias y modelos que están dando resultados interesantes, para posteriormente abrir un debate sobre cómo avanzar hacia un modelo de consumo sostenible es posible. Entre las experiencias que se analizaron están las cooperativas de consumo, el mercado social, los huertos urbanos, distintas líneas de trabajo con emprendedores, etc.
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